• Colombia
  • Última actualización 02:16 PM
  • El reconocimiento que ha tenido Reynaldo Armas lo ha llevado a la cúspide de la música llanera.

    El Vuelo

    Reynaldo Armas


    Aquella garza blanca que vuela, que vuela y se va en el horizonte
    yo quiero hacer como ella volar y volar sin parar hasta que oscurezca
    detener mi vuelo y dormir al abrigo del monte
    y seguir volando cuando amanezca
    yo quiero desde lo alto ubicar un lugar especial discreto y seguro
    para ir con mi pueblo, esconderlo y así protegerlo de la impunidad
    donde sueñen libres los hombres de nuestro futuro
    sin tantos rencores y sin mezquindad
    vamos mi potro alazán
    mira que el camino es largo
    y la pena es tan grandota y el dolor es tan amargo
    trocha mi potro alazán pa lante quien dijo miedo
    mañana frente al atajo tu te vas y yo me quedo

    Perdí ayer una partida que jugué con el dolor
    no se trato de la vida solo fue un juego de honor
    si yo salía perdedor lo saldaría con canciones
    tengo sobradas razones para escribir y cantar
    a veces entre oraciones a veces casi al llorar
    cuanto habrá que soportar respóndeme papa dios
    no hay apuro entre los dos yo estoy dispuesto a esperar. (bis)

    Aquella nubecita que nace se eleva y se va
    mojando los campos
    es una bendición de la tierra el viento y el sol
    a nuestra existencia
    es la misma mano de dios cual sagrado manto
    que lo abarca todo con su presencia
    yo quiero navegar y vagar por el río por el mar
    hacia el infinito
    allí tiene que haber un vergel un jardín un edén
    cubierto de flores
    donde el mismo prisma describa lo jamás descrito
    con la luz del mundo y muchos colores

    Vamos mi potro alazán
    ganémosle a la distancia y saca de tu cabeza lo que no tenga importancia
    trocha mi potro alazán que con los claros del día
    tu te iras con tu potranca y yo con mi fantasía.

    Un día tarde o temprano voy a volver por aquí
    seguir cantándole al llano es un honor para mi
    tal como lo prometí cuando inicié mis andanzas
    no perdí mis esperanzas y caminé y caminé
    busqué un río de aguas mansas
    y navegué y navegué
    y ya ven lo que encontré un mundo maravilloso
    el hallazgo mas grandioso al que no renunciaré. (bis)



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