Virgencita de Manare llévale a Dios mis plegarias
para que vuelva la paz a la tierras colombianas
que termine la violencia al silenciarse las armas
Señor... ¿tú haces llover verdad?
para que beban los buenos y los malos
no dejen que nos vendan más el agua
ni dejes que nos cobren más la luz
devuélvenos la luz de la esperanza
que me toque comprar el pan que como
y el duro lecho que mi cuerpo abarca
y al fin mis manos trabajan con paciencia
como un deber sagrado señor...
y no con rabia.
Tú multiplicaste el pan señor
porque no alcanza
seres humanos se acuestan sin comer
mientras la noche taciturna avanza
y a otros le sobra el pan señor...
lo despedazan lo botan lo malgastan
miles de niños que duermen en las calles
por falta de un hogar y una cama
y en casa del ministro vive un perro
que tiene colcha cabecera y sabana
y los niños arropados con el manto
de amargo llanto de una infancia abandonada
y recogiendo en su frágil cuerpo
las satánicas ignotas e impactado de una bala
amaos los unos a los otros dijiste tu señor
y nadie se ama
se burlan del anciano paralítico
del parapléjico mendigo y la anciana
y el humilde guahibo que fue al pueblo
lo matan sin piedad en la sabana
nada importa señor que el siempre lleva
ondiando la bandera de su raza
el patrón le roba su jornal
lo humilla lo maltrata y no le paga.
Y la política señor por otra parte
es una cosa de la mas precaria
al pueblo los arrean como cochino
y nos ofrecen la reforma agraria
pero después que llegan al poder
hasta nos quitan el uso a la palabra
reuniones más reuniones del partido
a medio día de tarde en la mañana
y ellos como fieros tiburones
van devorando lo que el pueblo gana.
Y la mujer que es la delicia de la vida
se tiene como objeto de subasta
su castidad, su amor y sus caricias
esos son los vueltos de la plata
se condena al inocente sin piedad
y al malhechor se le cobija y tapa.
Señor... un día volviste a Lázaro
a la vida sin procurar que nadie le pagara
porque nos cobran tan caro una receta
que unas veces nos mata y otras nos sana
porque se muere el pobre sin remedio
siendo que tú sanabas con palabras
y a eso se debe, Señor, ese criterio
que hace que lance mi plegaria humana,
ayúdame Señor a todo el mundo
has que la fe con el amor renazca
porque limpiando, Señor, a la conciencias
y no permita Señor esas fronteras
donde los hombres se compran con medallas
que se regalan la cruz de Boyacá
la de negro primero y de Miranda
banderas rojas negras colorá
siempre Juan Bimba es el que paga.
Ayúdame señor los pobres indios
esos que habitan los montes de mi Arauca
los que viven allá en el Orinoco
que se quedaron sin tierras y sin casa
por tu santa palabra tu obra maestro
seguirás semillando sobre el alma
y tu no puedes tener oídos sordos
ni dejar en el olvido a quien te llama.
Plegaria Humana
Rafael Martínez Arteaga